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ONUDI apunta al incremento de la producción de Agentes de Control Biológicos mediante la actualización tecnológica y ampliación de las capacidades de Laboratorio de Biotecnología en Venezuela
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), considera a la caña de azúcar como el cultivo agrícola más importante del planeta al ser considerado una de las fuentes energéticas más económicas para el hombre y uno de los cultivos con mayor capacidad para convertir la energía solar en biomasa.
En Venezuela, la caña de azúcar es un cultivo tradicional cuyo procesamiento en centrales azucareros data de la década de los años 40, así como el inicio de la modernización e industrialización de este sector. Este rubro se encuentra distribuido en diversas zonas agrícolas del país: Aragua, Carabobo, Cojedes, Lara, Portuguesa, Sucre, Táchira, Trujillo y Zulia.
Con base en la información levantada a través de los diferentes actores de la cadena, para el estudio de Diagnóstico de la Cadena de Valor de la Caña de Azúcar, realizado en el marco del “Programa de Actualización y Modernización Industrial de las cadenas de valor agroindustriales”, se determinó que la producción nacional presentó en el período 2010-2015 valores por el orden de 5,8 a 4,9 millones de toneladas métricas por año. No obstante, con el transcurrir de los años, la producción nacional ha presentado una tendencia de disminución progresiva, llegando a un mínimo de 2.000.000 toneladas en el 2019. Sin embargo, para el momento del estudio, se estimaba un leve repunte con un aumento a 3 millones de toneladas métricas durante la zafra 2020 -2021, motivado a cambios favorables en las políticas públicas y una mayor oferta de insumos agrícolas.
En el diagnóstico se determinó, además, que una de las principales restricciones y debilidades de la cadena de valor caña de azúcar, asociada con la asistencia técnica, es la producción insuficiente de Agentes de Control biológico utilizados para el control de Diatraea spp y Aeneolamia spp, principales plagas del cultivo de la caña de azúcar. El volumen de producción actual de controladores biológicos permite cubrir solo un 35 % del área cultivada, dejando desprotegida una gran cantidad de superficie de caña, situación que ha contribuido con el incremento del índice de infestación por esta plaga y el aumento de las pérdidas de azúcar por este concepto. Esta restricción es causada por los siguientes factores:
- Equipos de laboratorio de baja tecnología no permiten tener niveles óptimos de multiplicación masiva de Cotesia flavipes y nematodos entomopatógenos para el control biológico de plagas.
- Poco uso por parte de los productores por la baja oferta de parasitoides y controladores biológicos.
- Poca difusión de los beneficios que estos producen en la recuperación de azúcar y el equilibrio en la biodiversidad de los insectos.
- Bajo conocimiento en la multiplicación masiva y aplicación de nematodos entomopatógenos.
A nivel internacional, existen diversos estudios sobre la eficacia de los métodos de control biológico para el manejo de las dos principales plagas del cultivo caña de azúcar, el taladrador del tallo (Diatraea Spp) y la candelilla (Aenolamia varia). En ambos casos, la liberación y aplicación de diversos Agentes de Control Biológico (ACB), entre los que destacan diversas especies de parasitoides (Cotesia flavipes, Trichogramma spp, Tetrastichus hoswardi), así como la aplicación de hongos y nematodos entomopatógenos, han sido las estrategias de control más efectivas.
En el caso del taladrador de la caña de azúcar (Diatraea spp), diversos estudios demuestran que el control más efectivo es la liberación de parasitoides de larvas y huevos, en comparación con la aplicación de productos químicos, los cuales no son efectivos ya que no controlan la fase larval, la responsable de las pérdidas económicas al productor.
Es importante destacar que, en el cultivo de la caña de azúcar en Venezuela, entre un 70 a un 90 % del control de plagas se realiza mediante la utilización de Agentes de Control Biológico, siendo Cotesia flavipes, el parasitoide más utilizado. Está situación contribuye con la reducción del uso de productos químicos; ayuda a mantener un equilibrio en la biodiversidad y a disminuir el impacto al ambiente y a la salud de los trabajadores.
En Venezuela, existe la cultura del monitoreo de plagas, lo cual ha permitido evaluar el porcentaje de intensidad de infestación (% I.I) del taladrador de la caña de azúcar, relacionarlo con las pérdidas de azúcar y tomar las medidas de control de manera oportuna. En este sentido, estudios realizados en al área de siembra de la Agrícola Rio Turbio en el estado Lara, Venezuela, demostraron una reducción del 20 % a 1,62 % de la intensidad de infestación por Diatraea spp, gracias a la liberación de Cotesia flavipes durante el periodo 1988 al 2011. El impacto de este control se traduce en términos productivos, en una recuperación de 157.300 toneladas métricas de azúcar, considerando un factor de pérdida de 0,5 %, y de 112.300 Tm, con un factor de pérdida del 0,7 %, por % de infestación.
Con respecto al control de la candelilla (Aenolamia varia), los productos químicos utilizados van dirigidos al control del adulto, pero no afectan a las ninfas (estado inmaduro del insecto), las cuales, al encontrarse al ras del suelo, hacen daño a nivel de las raíces antes de transformarse en adultos.
Con base en lo anterior, el equipo local de ONUDI en Venezuela diseñó la Solución Técnica TS 11, la cual tiene como objetivo impactar en las principales debilidades detectadas, mediante la actualización tecnológica del equipamiento de laboratorios, a los fines de incrementar la capacidad operativa y los niveles de producción de los Agentes de Control Biológico utilizados para reducir los porcentajes de infestación, las pérdidas de azúcar y la producción.
Dicha solución tecnológica se llevará a cabo con La Fundación Azucarera para el Desarrollo, la Productividad y la Investigación – FUNDACAÑA, como contraparte, ya que es una organización privada, sin fines de lucro, de índole tecnológico, práctico y científico, cuya misión es promover y realizar investigación, transferencia de tecnología y asistencia técnica dirigida al desarrollo de la agroindustria azucarera venezolana, para lograr los más altos niveles de productividad.
El laboratorio de FUNDACAÑA ha desarrollado y adquirido diversas técnicas y metodologías de multiplicación masiva de Agentes de Control Biológico, que han permitido realizar un efectivo control de las dos principales plagas que afectan al cultivo de la caña de azúcar. Sin embargo, dichos procesos se efectúan con equipos en obsolescencia tecnológica, generando un “tiempo de retardo” en la multiplicación y disponibilidad de Cotesia flavipes y Heterorhabditis bacteriophora, principales Agentes de Control Biológico usados en el cultivo. Esta situación amerita de la actualización y modernización tecnológica, a fin de contribuir con la optimización de los procesos y el aumento de la productividad del laboratorio.
La microavispa Cotesia flavipes, es un parasitoide muy efectivo para el control de Diatraea spp., principal insecto plaga que afecta la producción de caña de azúcar en el país. Mientras que, Heterorhabditis bacteriophora, es un nematodo entomopatógeno para el control de ninfas de candelilla (Aneolamia spp), otro insecto que ocasiona grandes pérdidas en el cultivo de la caña de azúcar.
Para lograr esta solución de mejora se requiere invertir en la actualización tecnológica de los equipos del laboratorio de multiplicación masiva de Agentes de Control Biológico de FUNDACAÑA, a fin renovar los procesos, las metodologías, la calidad y optimizar la producción de parasitoides y nematodos entomopatógenos, requeridos para el control de plagas en el cultivo de la caña de azúcar.
En la actualidad, Fundacaña produce 45.000 g/año de Cotesia flavipes que son liberadas en aproximadamente 22.500 hectáreas, un 34.61 % del área de caña cultivada. Es por ello, que la implementación de la Solución técnica 11 busca duplicar la producción de este ACB, a fin de atender 22.500 nuevas hectáreas bajo liberación y cubrir un 69% de la superficie de caña de azúcar. Adicionalmente, con el incremento en 45.000 g de Cotesia flavipes, el laboratorio generará ingresos netos adicionales de USD 13.500 anuales, lo cual contribuye a su sostenibilidad económica en el tiempo.
Actualmente, el índice de infestación por Diatraea spp está entre 5 % y 7 % que por cada 1 % infestación se pierden 0.640 g de azúcar/t de caña. Las pérdidas en un productor con rendimientos promedios de 70 t caña/ha serian de 582 kg de azúcar por ha, el equivalente a USD 116/ha. Se ha demostrado en diversos estudios científicos qué, con la liberación de este parasitoide, se logra disminuir un 3 % la intensidad de infestación anual, generando una recuperación de azúcar de 1.92 kg por tonelada año, que representa una mejora de USD 0,38 en el ingreso por tonelada de caña procesada.
Asimismo, esta solución de mejora contribuirá con el incremento en la producción de otro Agente de Control Biológico, el nematodo Heterorhabditis bacteriophora para el control de ninfas de candelillas. En este caso, la producción actual de 5.560 dosis, que actualmente cubren 1.390 hectáreas, se incrementará en 18.000 dosis adicionales, lo que permitirá cubrir 4.500 nuevas hectáreas. El incremento de dosis adicionales generará ingresos netos adicionales al laboratorio por el orden de USD 5.598 anuales.
La efectividad en el control de candelilla con la aplicación de nematodos se encuentra entre un 70 a 75 %. Cabe destacar que, un ataque severo de candelilla puede producir la pérdida total de la plantación atacada, generando pérdidas de USD 1.120 por hectárea, lo cual destaca la importancia de este Agente de Control Biológico para controlar la infestación del cultivo y evitar importantes pérdidas económicas en sector azucarero.
El impacto que se espera del resultado de la Solución Técnica TS 11 trasciende a los del laboratorio de FUNDACAÑA, al beneficiar no sólo a los cañicultores, quienes al disponer de mayor cantidad de Agentes de Control Biológico, reducirán las pérdidas en el cultivo; sino también, para el sector agroindustrial, el cual dispondrá de un mayor volumen de producción de azúcar.
La importancia de este proyecto piloto (TS 11), se fundamenta en el uso de herramientas novedosas en el control de plagas, que resultan ser muy efectivas, económicas e inofensivas para los trabajadores y amigables con el ambiente, ya que se tendrá mayor superficie de siembra, atendida sin la aplicación de insecticidas químicos. Esto reduce el impacto ambiental y preserva la salud de los trabajadores. Adicionalmente, el uso de estos Agentes de Control Biológico, contribuye en gran medida en la preservación de biodiversidad asociada no solo al cultivo caña de azúcar, sino también otros rubros donde tiene cabida la aplicación de nematodos para el control de insectos plagas.
El incremento de la producción de parasitoides y nematodos contribuirá significativamente en la reducción de las pérdidas por concepto de plagas, con lo cual mejorarán los niveles de productividad y competitividad de los cañicultures del programa de FUNDACAÑA.
Finalmente, cabe destacar que el uso de este nematodo Heterorhabditis bacteriophora no es exclusivo para el cultivo caña de azúcar, dado que el mismo puede ser usado en pastizales, maíz, musáceas, papa, café, así como en otros cultivos afectados por insectos del suelo, lo cual garantiza un mayor alcance en sus beneficios gracias al aumento de su producción.
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